Mi pequeña donante de cabello

Hasta ayer mismo, Mariola exhibía la prototípica melena adolescente. No obstante, hacía ya unos meses que había manifestado su deseo de donarla para alguna paciente de oncología que, debido a los daños colaterales del agresivo tratamiento médico, necesitara una peluca con la que recuperar mínimamente su autoestima.

Escarbando por Internet llegué a Mechones Solidarios, una plataforma que nació de una hermosa historia de amor: la de Estela y su madre, Nidia. Nidia, que tenía una fábrica de pelucas en su Argentina natal, creó su propia prótesis capilar cuando perdió el cabello por la quimioterapia, y a menudo reflexionaba sobre cuánto más reconfortadas se sentirían muchas pacientes de oncología si pudieran contar con una peluca tan bella como la suya.

Tras combatir contra él durante siete años, el cáncer se llevó a Nidia, pero no a su precioso legado: su hija Estela lo hizo germinar gracias a la complicidad de una clienta de su peluquería, la primera mujer que donó su melena recién cortada para que otra la luciera.

Al proyecto de Mechones Solidarios, que funciona sin subvenciones públicas, se han sumado algunas peluquerías que se ocupan de recoger el cabello donado, que, según informan en su web, rebaja el coste de la peluca entre un 60 y un 80%. Uno de esos salones solidarios es La Geganteta, que se ubica en un local esquinero de la calle Providencia, en el corazón del barrio de Gracia.

La Geganteta es la coqueta peluquería infantil de Frank y Natalia, un lugar donde los peques pueden jugar a sus anchas, conducir un superbólido de mentirijillas mientras les cortan el pelo, mirar dibujos animados de Pepa Pig, pintarse las uñas con los divertidos esmaltes naturales de Kure Bazaar, encontrar el disfraz de sus sueños –los brillantes minirropajes que crea Natalia son simplemente adorables- y, por supuesto, indagar en las interioridades de la geganta que da nombre al lugar, una muñeca de dimensiones colosales que, en lugar de pasear junto a algún cabezudo con motivo de fiestas mayores y procesiones, observa desde las alturas el microcosmos que evoluciona a sus pies, ataviada con un primoroso cepillo y un espejito de cuento. Se nota que Frank es ilustrador y Natalia diseñadora: han sabido construir un espacio tan confortable como encantador.

IMG-20160416-WA0002.jpgMariola ayer hizo las veces de geganteta de carne y hueso, ya que abultaba el triple que cualquiera de los críos que pululaban por allí. Quizás por eso algunos se quedaron prendados de ella y no pararon de hacerle ojitos para llamar su atención hasta que llegó el momento Sansón. Clic-clac, clic-clac, tres lindas trenzas salieron de la frondosa mata de pelo de Mariola, que salió de La Geganteta requeteguapa por fuera, pero todavía más por dentro.

4 comentarios en “Mi pequeña donante de cabello

  1. Q belleza!!!!! Desde todo punto de vista! Q hermosa familia sois!!!!!! Besos del cuore y hasta pronto espero!! Val

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  2. Mariola, no tengo duda que estás guapisísisma, y qué gesto más bonito, porque seguro que has hecho sentirse más guapa en su recuperación a alguien que está sufriendo una dura enfermedad. Ojalá muchas sigan tu admirable ejemplo 🙂

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